El Serie 7 tiene toda una identidad de coche de señor que Mansory se encarga de “desplazar”.
¿Y cómo lo hace el preparador alemán? Lo más llamativo se encuentra en su morro que cambia notablemente, desaparece el paragolpes original y se instaura uno más propio de versiones juvenilas. Rejillas más grandes yluces LED verticales cuya primera impresión recuerda a las del Citroën DS3 aunque nada más lejos de la realidad.
Lo segundo más importante son las llantas de aleación, grandes aunque estilosas pero que no destacan excesivamente sobre el resto del coche. Es cierto que su diámetro de 22 pulgadas ya se considera grande pero el cuerpo del Serie 7 consigue disimularlo.
Por supuesto en esta preparación también hay espacio para meterle un extra de vitaminas a los motores del Serie 7. Los 730d o los 740i son demasiado pequeños para Mansory así que esos quedan sin tocar, sin embargo los 750i y 760 Li reciben un tratamiento que mezcla modificación electrónica y de la admisión para sumar más caballaje.
El 750i entrega 490 CV y el 760 Li 640 CV en lugar de 408 y 544 CV respectivamente. Este último podría llamarse, virtualmente claro, un BMW M7 dado que el M7 real no existirá.
Lógicamente sería una aberración llamarle así a este BMW Serie 7 porque la denominación M no es solamente potencia salvaje sino muchas otras cosas: piezas aerodinámicas, suspensión deportiva, interior cuidado y otros accesorios extras como los tubos de escape que Mansory también cambia en este caso.
Más potencia y mejor sonido, una buena combinación cuando superamos el medio millar de ponis bajo el pedal.
Fuente: Mansory