MÚNICH.-BMW ha tirado la casa por la ventana para presentar su nuevo Serie 7. Primero, la presentación técnica, la dirigió en Múnich Norbert Reithofer, presidente de la compañía. El lunes 7 de julio hubo otra presentación en la Plaza Roja de Moscú, dedicada a la jet set y a potenciales compradores. Todo esto sin perjuicio de que a primeros de octubre, en el Salón de París, se haga la presentación oficial al gran público. La nueva Serie 7 viene marcada por dos circunstancias: el cambio del origen de la demanda y las futuras normativas en materia de emisiones de dióxido de carbono (CO2).
La primera de ellas es que Europa occidental ha dejado de ser el principal mercado para este tipo de coches. Ahora, las ventas proceden, sobre todo, de Estados Unidos, China y Rusia, y esto ha marcado el diseño del modelo.
Por tanto, no se puede hablar de revolución en las líneas de este modelo que deriva directamente del prototipo CS, presentado en el Salón de Shanghai en 2007, una evidencia más de dónde está el comprador de estos coches.
El coche no es tan diferente del modelo anterior, aunque los pliegues laterales le dan una sensación de mayor fluidez y una cierta deportividad, que le irá muy bien para poder afrontar a los nuevos competidores, como el Aston Martin Rapide y el Porsche Panamera. Este conservadurismo se debe a que en esos nuevos mercados identifican ciertas formas con el lujo y la elegancia y, por el momento, no están preparados para cambios estéticos.
Desde el inicio, el coche estará disponible en carrocería corta y larga –ésta denominada L y que tiene 14 centímetros más de distancia entre ejes– debido a que en China y Rusia es la preferida.
El desplazamiento de la demanda hacia estos mercados no implica que BMW vaya a rebajar sus objetivos de venta en el nuevo Serie 7. Si del actual se produjeron 320.000 unidades a lo largo de sus siete años vida, con el nuevo se propone llegar a más. De hecho, en la factoría de Dingolfin se producirán unas 50.000 unidades anuales, con picos de hasta 60.000 coches.
También se ha optimizado el vehículo para reducir las emisiones, así, ahora un sistema electrónico abre y cierra la toma de aire frontal para reducir al máximo la resistencia. BMW ha decido seguir la senda abierta por Audi con el A8 y ha recurrido al aluminio en piezas como las aletas, el techo o las puertas. De esta forma, se ha conseguido reducir el peso del modelo en 55 kilos.
También se han revisado los motores. Por ahora, no habrá motor de 12 cilindros. El más potente de la gama es un V8 biturbo de 4,3 litros y 407 caballos. Le sigue un seis cilindros en línea de tres litros, también biturbo, de 326 caballos. La tercera opción es un motor turbodiésel, de seis cilindros y tres litros de capacidad, que ofrece 245 caballos y emite 192 gramos de CO2 por kilómetro.
El nuevo Serie 7 mejora en su equipamiento. Incorpora un sistema que denominan de dirección activa a las cuatro ruedas, visión nocturna por rayos infrarrojos, con avisador de obstáculos; lector de señales de tráfico y con nuevo sistema i-Drive, menos complicado que el anterior. Por cierto, que equipará una conexión a internet.
Una llamada a la sensatez
Norbert Reithofer, presidente de la marca muniquesa BMW, aprovechó la presentación del próximo Serie 7 para lanzar una llamada de atención a las autoridades federales de Estados Unidos y a las de la Unión Europea sobre el riesgo que están corriendo de asfixiar a la industria del automóvil al imponer, por un lado, unas normativas que van a ser imposibles de cumplir y, por otro, no dando los pasos necesarios para que sea posible recurrir a energías alternativas al petróleo.
Reithofer anunció que las emisiones medias de CO2 de la gama BMW en 2008 son de 158 gramos por kilómetro –29 gramos menos que hace un año, equivalentes a una reducción del 16%– pero a continuación advirtió de que no será posible mantener una progresión de este tipo en años sucesivos.
No obstante, el Serie 7 va a tener una versión híbrida –con la tecnología Dual Mode, desarrollada conjuntamente con las norteamericanas General Motors, Daimler y Chrysler–, que será presentada en octubre en el Salón de París y que se pondrá a la venta en marzo de 2010.
La marca tiene también desarrollada una variante para utilizar hidrógeno como combustible, pero por el momento no existe una infraestructura mínima de suministro de este gas que haga posible su comercialización.
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